La vida independiente de cada ficha.
Cada uno elige color y juega sus cuatro fichas, pero en este caso sólo las juegan por y para lo sentimental. La vida puede ser como una partida de parchís.Y así dice esta partida…
El amarillo comenzaba el juego, con unas gana y una pasión desbordantes, incluyendo además de su astucia e inteligencia, su explosión interna y su gran sentido de “sensacionalización”.A veces eso último le costaba que sus compañeros se adentraran en sus rincones débiles y así poco a poco su juego podía venir siendo previsible para ellos, pero todos en su interior tenían cierta confianza(o desconfianza ,depende del punto de mira) en que iba a dar un vuelco definitivo y ganador -o no- ,eso poco importaba (pues dependían ambas de muchos factores y visiones distintas),a su juego…Este se quedaría estancado en diversas ocasiones, pero sin duda aparte de esos pequeños baches ,su juego era divertido, singular, exclusivo y ante todo carismático. Tenía todas las de ganar, pero aún quedaba mucho juego por delante y mucho que confiar en sí misma. Algunos decían en otros tableros, afortunada en el juego, desafortunada en el amor….o era al revés?...ella eligiría…y encontraría excepciones que confirmasen las reglas, porque como dije antes, era muy astuta. Así empezaba lo que prometía ser una gran partida de parchís, le tocaba mover ficha pues.
Le tocaba el turno al verde…tardó en sacar el número deseado, pues a lo nuevo le costaba siempre arrancar, tenía demasiadas cosas pasadas en qué pensar y preocuparse que no lograba concentrase en el presente y en esa presente que iba a ser su futura partida de parchís .Él estaba dispuesto a arriesgar en cuanto sacara ficha, le encantaba el juego,lo iba a dar todo,nadie lo dudaba, los demás eran conscientes de la fortaleza en el juego que aportaba el color verde…pero ese desgarro,ese ritmo frenético le hacía a su juego a veces inestable y no siempre confiaba en sus compañeros que sin duda estaban haciendo juego limpio. Poco a poco su partida iba despertando,aprendiendo así de las barreras que se encontraba por el camino y nunca se sabría definir bien su táctica…nunca la hizo pública.No podía jugar con nadie que no le aportara confianza plena,por eso alguna vez le acusaron de no querer introducir sus valores,ideas,etc en la concepción de otras partidas,pero lo daría todo en la suya pasara lo que pasara desde que le saliera su número…y así fue,por lo tanto le tocaba mover ficha.
A continuación le tocaba al rojo,pasión le ponía desde luego,pero a veces se las daba en exceso de listilla,cosa de la que eran conscientes ella y sus compañeros,pero eso quedaba totalmente enterrado cuando le tocaba mover el cubilete para probar suerte con los números,y es que ponía mucha ilusión en la partida,pues sabía que una partida así,con semejantes compañeros de juego no iba a tener en otra ocasión,y aunque le gustaba,muchísimo,echar vistazos y dar consejos,incluso meter manos en otras partidas,sabía que había nacido para jugrar esa.Tenía cierto don para que sus jugadas dieran espectáculo,tenía recursos suficientes en cada manga,algunos veces tantos que su juego podía quedarse en crisis,por tener tantas cosas y no dedicarle el suficiente o adecuado tiempo a todas,o darle a las que no debiera mucho más tiempo de a las que debiera,pero de todas formas jugar con ella no era difícil,su juego era sencillo y lógico,pero con una chispa distinta que aportaba al juego estabilidad…Aunque sus ataques de intolerancia eran bien conocidos por sus compañeros,era en cambio tolerada…y sus tácticas de juego las sacaba a relucir para todo el mundo,un fallo a veces quizás…a lo mejor debiera quedarse algunas para dar alguna que otra sorpresa ….para no hacerle el camino tan fácil y tan pronto a algunas ideas y colores q venían de fuera.Pero tras un cinco que no tardó mucho en salir,cogería las riendas de su partida…y a probar suerte,le gustaba la aventura…le tocaba mover ficha.
Más tarde le tocaría el turno al azul…no podía ser otro color para tal jugador…pues tenía una inequívoca relación con el mar…Quizás la profundidad de este se había plasmado en su forma de jugar, todo lo hacía desde lo profundo y poco a poco, cuidando todos los detalles, para controlar en todo momento las corrientes que iban y venían en sus jugadas… Pensaba y calculaba todos sus movimientos a la hora de preparar el cubilete, hasta que llegaba el momento de tirar, entonces algo frenéticamente pasional lo inundaba de arriba abajo y con la fuerza de una ola soltaba su furia interior hacia el tablero, probando suerte después de tanta parafernalia en los preliminares… Su juego no era complicado a pesar de tanto previo aviso y meticulosa puesta en escena, pero iba cargado de una emoción y una entrega casi desorbitada, que hacía que sus compañeros se involucraran en sus jugadas de forma especial. Sin levantar mucho polvo hacía que los demás estuvieran siempre al pie del cañón por si alguna sorpresa se levantaba. Él no iba buscando cosas sobrenaturales, ni si quiera se molestaba en buscar especialmente, pues se les venía encima solas antes de que pudiera darse cuenta. Aunque pasaba momentos que él consideraba sin mucha emoción, en los que ponía en duda muchas cosas sobre la forma en que estaba jugando, luego venían otros tan cargados y tan flechados hacia una victoria que lo eclipsaba todo, hasta el juego de sus compañeros. Éstos pensaban que era un jugador con suerte, pero por encima de todo valoraban su capacidad para el trabajo… Individual y colectivo. Su jugada eran últimamente una caja de sorpresas, que le daban al juego una luz (quizás de un faro que siempre le tiene advertido de los males mayores, de ahí su máximo estado de alerta constante) muy significativa y potente a la visión general del juego. Su apoyo constante a sus compañeros y su juego fiel, hacían de él un perfecto compañero de viaje, aunque chispas saltaran con algún que otro jugador. Salió el cinco a la primera y le tocaba mover ficha.
1 Comments:
cómo mola...me ha qedao tó chungoway!
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