A la luz de un atardecer granaíno al lado del Palacio de Carlos V
Déjame que imagine con 2 copas de por medio tu piel debajo de ese vestido.
Que se me cuele poco a poco durante el largo de la noche el brillo de tus ojos y la suavidad de tu voz por mis rincones.
Que la brisilla que corre haga la maravilla de ver tus rizos en movimiento.
Que veas cómo se entreabre mi boca lentamente y que no sepas hasta más tarde que es porque mi cuerpo se dispone a abrirse a ti.
Déjanos una noche, aunque sea solo una noche
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