Viaje al centro de la tierra.

Vislumbro el cerco que deslumbra la señal de tráfico que nos saltamos aquella noche y no hace más que cegarme el pelotón de sentimientos que se amontonan tras él,en el horizonte del camino que hemos cogido.
Las llanuras que en un principio nos acompañaban en el recto trayecto hacia nuestro destino no hacían más que aportar la necesaria tranquilidad al asunto y no necesitaba ni más verde,mi más piedras,me bastaba con alguna que otra que hiciera de bache y poco más.Ese poco más hizo que se pinchara una rueda, la izquierda de atrás,pero en cuanto estuve dispuesta a poner la de recambio,en cuanto fui capaz de asegurarme de que lo que quería era seguir con mi propia decisión,no con la ayuda de una grúa,tiré para adelante sin elementos rimbombantes que sobrepasar.Casi podía dejar el automático encendido,pues no había que forzar ninguna marcha,ni que pisar un poquito más el acelerador,ni siquiera el freno,nada.Más tarde las montañas,los árboles y un mar de elementos conformaban un paisaje que sin duda cada vez era más reconfortable,cuanto mas lejos estaba del punto de partida más orgullosa de haber tomado la decisión de partir,más segura estaba de que era la mejor compañía para un viaje a simple vista tan largo.Y poco a poco dentro de ese vehículo transportador de pasiones humanas se iban componiendo pequeñas obras de arte que quién sabe.Y por ahora sólo se sabe seguir vislumbrando entre lo nublado,lo negro,lo transparente,lo claro aun sin clarividencia.Desde el elemento transportador no se lograba ver lo lejano, no era perceptible por el ojo humano,no se adiviaban hechos futuros u ocurridos en otros lugares.Tampoco era objeto de devoción de cualquier ficha de un parchís.Así que el automático y a disfrutar de cada sorpresa de la vida,pero con el pie en tensión,para darle emoción a la partida,you know…