convivir con ellos
Conseguía quemarme sólo con observar la llama, me pasaba con todo. En vez de tirar de la cuerda una vez desnudas, incapaces de ocultar o disimular un sólo gesto de esa felicidad que nos arropaba, en ese colchón que insonorizaba y nos alejaba un poco del tránsito de la calle, pero que aún no nos conseguía aislar del tumulto y de los monstruos...