Esencia

No me gusta tener otro blog donde escribir cosas que en este no pueda poner por miedo a.
¿Miedo a qué?
A vista de otros mis letras podrán ser sucias, culpadas y culpables, pero ahí está la magia de todo esto, en que cada uno piense lo que le dé la gana de cada palabra y en su mano estará el ponerse en la piel de la grafía que escribo como el más libertario e independiente ejercicio.
Excusas, excusas, excusas y explicaciones banales sobre cosas inexplicables que surgen de la mente real o ficticia de cada persona. Tan fácil como libertad, la que tiene el lector y la del escritor, para mí esa es la esencia.

de una niña excéntrica y caprichosa

Me martiriza la forma de volver a echar especias amargas en mi plato.

¿Cómo no te cansas de cocinar y restregarme que tus platos son mejores que los míos, simplemente porque tú tienes confianza plena en lo que haces?. Sin embargo ambos sabemos que no lo haces bien.

Sabiendo nuestros puntos débiles, dediquémonos sencillamente a sazonar una bonita relación de confianza, pero vamos a dejar el exceso de sabores para otros.

la opacidad de la manta

La manta pesa tanto como los párpados torturados por la conciencia.
La siesta del burro siempre a deshoras, recuerda a verano
Ocio sin tiempo, minutos sin hora, días perdidos en la más sincera libertad de la nada
Libertad encarcelada y oprimida. Malditos celos que lo llaman por una callejuela del Albayzin
Anhelos contra dependencia, todo tatuado en mi piel , a la que todo le pica últimamente sin mudar a ninguna parte.
Sufrir y vivir. Para adelante sin guión ni idea. Estancamiento de la persona. Ambigüedad en lo cotidiano . Ahora no se disfruta ni de la fortuna de la posesión de la cultura.
Ahora nada vale, sin ambición alguna más que la de vivir. Y aquel destino al cual llaman felicidad duda de rotar sobre mi propio eje, tampoco lo quiero, son tiempos de crisis, no quiero avanzar, ese es el problema, posesivo mío. Estancada en la jaula de mi libertad natal.
La manta ahora es lo mejor de esta mañana. El burro se ha ido con las orejas hacia abajo cansado de mis preocupaciones, como todo el mundo. Me quedo sola y qué bien si es lo que manda el guión. Y el clima se vuelve otoñal por minutos y yo con la mirada perdida y amorfa y en el más profundo pozo me sumerjo con mi manta y ahora veo el burro…y lo acaricio y.