El maravilloso mundo de Zambombi

Thursday, May 21, 2020

Confesiones a una musa





Querida: 

Te voy a compartir una cosa pero te voy a explicar antes, para que no te asuste, aunque quizá lo hago para no asustarme yo, eso nunca se sabe, la mente es puñetera. Yo tengo mis musas, tú perteneces desde hace tiempo a ese selecto club de mujeres que me inspiran, le dan poesía a mi vida y que destapan un poco de arte que ronda por ahí en mis adentros. Las musas me levantan, me rasgan las capas hasta dejar paso a la creatividad, a veces me desafían y otras me desequilibran.A veces cierran una etapa, a veces la abren, a veces transitan. A veces se idealizan,la mayoría de ellas tienen su efervescer pero también su descenso a lo terrenal.A veces se hacen terrenales para siempre y en este estado no se establece nunca ningún vínculo, a veces sí y algunas, a veces,incluso se convierten en amigas para siempre. Otras,a veces, se quedan en el limbo de lo desconocido alimentando la fantasía y la bohemia en brotes, cuando brotan. Es un patrón que se me repite desde adolescente y no me lo reprimo porque me hace disfrutar y salir,a veces, de lo común y me transporta al "y si..." que me da vidilla y me abre a ella, pero ahí se queda, en los cuerpos celestes de la grafía, normalmente. El caso es que escondo lo que escribo a las musas por miedo a tambalearme yo o a tambalearlas a ellas, o a distanciarlas o a desconcertarme/las. Pero en ocasiones siento el deseo de compartirles las palabras que ellas me despiertan, porque es bello, porque vivimos una vez y porque ¿por qué no compartir las cosas que nos provocamos? Las respuestas a eso último pueden ser múltiples y no sé quién tocará antes el pulsador de la respuesta, si el consciente o el inconsciente.

Tuesday, May 19, 2020

El efervescer de la musa





Mi cadera intentando bailar bajo la tuya al ritmo de tuz voz cantando bajito. Tu risa entrando en mi boca y resbalándose por las comisuras. Te mueves y te mueves sin abandonarme en ningún momento, con naturalidad, sin ceder el pulso a la quietud o a la formalidad. Las tontás me revolotean el aura dándole formas picassianas a la burbuja en la que estamos metidas. Aquí dentro no hay densidad, es un clima tibio que refresca las sábanas y los cuerpos y cuando te toco mis palmas y mis dedos calientes encuentran alivio en tu piel y amaso el cuerpo que me encuentro, pero con el gusto de cuando ya está dada la forma y sólo queda el gozar de la textura resultante entre las manos. Con ligereza me rondas y yo sigo tu rastro a tu paso por cada ángulo por el que apareces. Tu mano entra dentro de mi pantalón y el efecto térmico es el de un baño caliente cuando fuera no hace ni frío ni calor. Nuestros alientos se persiguen y se encuentran y puedo lamer tus labios frescos y que nuestras lenguas se deleiten ingrávidas la una con la otra mientras acerco tu cadera hacia mí y noto cómo tu pecho penetra mi barrera de energía limpia y decididamente. Todo es leve y no pensante, gustoso y no juicioso...y poco a poco las imágenes se difuminan en mi mente y se cuelan por una alcantarilla vaporosa por donde se esfuma la nebulosa de la fantasía.

Monday, May 18, 2020

Percepciones que dan forma a una musa





Cuando te recoges el pelo, cuando te estremece mi mano rozándote, cuando me sonríes como si te gustara, cuando te sale la voz del alma y me atraviesa desde el pecho a la espalda

Thursday, May 07, 2020

Samuel, er samué




Mofletes de bollito de leche,
gatito, corderillo y pato.
Tus dos lucerillos negros
son el reflejo de mi casa
y me alegran cada rato.

Tu boquita rosa,
tus rosquillas de masa de pizza,
todo lo que más me gusta!
Y ay! tu sonrisa!

Tus posturas de arlequín,
tu vocecita pura
y junto a tu mami, tu papi y tus abuelos,
mi locura!

Tuesday, May 05, 2020

no mascarillas





Me gustaría morir percibiendo la vida con los matices de lo que es, arte. Con la consciencia libre y abierta al regalo de vivir hasta el último instante.

Emocionarme al ver algo hecho a mano, el color vivo de una flor, el brotar del agua, la sonrisa de una persona, un gesto amable hacia la naturaleza, sentir el frío en las mejillas y el corazón calentito, escuchar, sentir y abrazar y regocijarse en el alma de Sílvia cuando canta o de Rocío cuando baila porque su libertad emana en cada sonido, gesto o movimiento. Mirar arriba y maravillarme con el esplendor de la luna, de parar cuando me abrocho los cordones y conectar con esta artesana tradición familiar y universal, de la coordinación del movimiento de un ciclista urbano,del flipar viendo la procedencia de cada uno de los quesos de un escaparate. Intentar buscar el origen bueno de las cosas, los pensamientos y las acciones. A mí el arte también me cura.

Sunday, May 03, 2020

atardecer del 2 de mayo




Qué suerte ver este atardecer con todos los tonos de rosa, naranja y morado que se van transformando entre las nubes y van descendiendo hasta desaparecer detrás de los edificios de la ciudad. Qué suerte mirar entonces, cuando ya está oscureciendo, hacia un ángulo que no había contemplado aún, levantando la cabeza y encontrar la luna, cómplice, percatándose de la dicha de vivir este momento de calma.Qué suerte que tus ojos me atrapen. Qué suerte reconocer en la temperatura,los sonidos y sensaciones tantos veranos vividos, que no son tantos, pero ya gravitan. Qué suerte deleitarse con los diferentes tipos de triángulos que dibujan tres gaviotas en su paseo compartido. Qué suerte sentir el lamento o la carcajada de una de ellas porque las nubes se han quedado grises, pero aún queda azul del cielo y la inspiración también se queda un ratito más.Qué suerte removerme al mirar la luna como tantas noches de verano anhelantes de pasiones, fantaseando amores, enredándome en mis musas, pesando en una balanza el presente y la ilusión, desequilibrando el terreno pero haciéndome sentir viva, viva de querer, de cuidar,compartir,saborear,tocar. Qué suerte sentir fresquito al anochecer y que con una rebequita baste. Qué suerte encontrarme de vez en cuando con sus sonrisas,la de sus ojos y la de su boca y valorar su buena compañía. Qué suerte de este momento extraordinario, que me hace reconectar con sensaciones, evocaciones y capas profundas que me habitan y que hacía tiempo que no reconocía. Qué suerte extrañar la casa, la familia y que esta ausencia no sea tan angustiosa porque tienes donde volver cuando todo pase. Qué suerte encontrar nuevos amores y percibir desde los primeros momentos el deseo de vivirlos. Regocijo.